jueves, 17 de julio de 2014

Encuentro con el Gral. Rodolfo Palomino López






Los desafíos de América Latina en materia de seguridad son mayúsculos. En los últimos 15  años, Colombia ha dado cuenta de avances importantes en la recuperación de espacios públicos y salvaguarda del derecho ciudadano a realizar un proyecto de vida libre de las amenazas que afectaron a esta parte del continente en las décadas de los 80 y 90.

En este proceso, el papel de la Policía Nacional de Colombia ha sido fundamental. Platicar en días pasados con su Director, Gral. Rodolfo Palomino López, ha sido una grata experiencia que me llevó a profundas reflexiones sobre el papel de las instituciones de seguridad pública en la tutela y promoción activa  de los derechos humanos poco asociados a la función policial, como pudiera ser el derecho al trabajo.

Temas como el de control de multitudes en plena euforia mundialista, doctrina policial y espíritu de cuerpo fueron parte de la charla. Especialmente grato fue escuchar el concepto del Gral. Palomino sobre  la Policía Federal de México y el  panorama  optimista que visualiza para nuestro país en los próximos años.

Sin duda, una mañana extraordinaria.

domingo, 13 de julio de 2014

Breve reflexión personal en torno al Día del Policía Federal

La vida y el saldo de nuestro paso por ella, se explica por las decisiones tomadas. Al destino lo dibujan nuestras acciones. Hace algunos años tomé la decisión más afortunada en el ámbito profesional al hacer una pausa en mi faceta de académico y  penalista, para formar parte de la Policía Federal.

Por más de 10 años había estado inmerso en el estudio del fenómeno criminal y su impacto. Recorrí la mayoría de los centros de reclusión de México promoviendo la libertad de personas presas por razones de pobreza, como parte de un extraordinario programa encausado por las fundaciones Telmex y Reintegra. A la par, en las prisiones conocí también a peligrosos criminales, sus historias,  forma de pensar, actuar y sus motivaciones para delinquir. Supe que todo aquello no debía quedarse tan sólo en un aprendizaje individual.

Como profesor, tenía el gran privilegio de ser docente en la licenciatura y posgrado de la UNAM y el INACIPE. En sus aulas podía postular algunas ideas sobre el fenómeno criminal y minimizar su efecto en la sociedad, pero me parecía insuficiente. Sabía que algo me faltaba.

El llamado a formar parte de las filas de la policía fue un shock. Docentes y postulantes nos encontramos de repente en la misma mesa, recibiendo la invitación y escuchando razones para hacer a un lado nuestra “zona de confort” y sumar esfuerzos para poner nuestra experiencia  al servicio de la función policial.

El reto me pareció apasionante. Si como ciudadanos criticamos a las instituciones de seguridad, si en las aulas postulamos soluciones a los problemas nacionales, ¿por qué no asumir el reto de hacerlo en el terreno de la praxis?

Han pasado los años, la policía se convirtió en una escuela exigente que a diario  alecciona y que me ha permitido conocer a las personas más extraordinarias y comprometidas. La Policía Federal ha sido el escaparate para observar con detenimiento a nuestra sociedad y nuestro País. He encontrado más afinidades que en cualquier otro ámbito en el que me he desempeñado y con sus duras vivencias he valorado mucho más la vida y cuánto vale la pena andar por ella con integridad.


He aprendido que las heridas que se reciben en el cumplimiento del deber, antes dan honra que la quita; que no importa lo que se diga y cuánto nos critiquen, la satisfacción del deber cumplido no se le parece a nada. Esa es la más plena manifestaciones de la dicha.
Aprendí y sigo aprendiendo de los compañeros de mayor antigüedad, pero también de quienes forman la nueva sangre de la policía; nuestra fortaleza estriba en esa amalgama de perfiles, experiencia y capacidades.

Darme cuenta de que la seguridad pública no era un paréntesis en mi vida, sino el guión del resto de ella, me ha permitido enfrentar apasionantes desafíos, estudiar  más que nunca y con mayor convicción que antes. Tomar conciencia de lo que espera de nosotros la sociedad es una motivación y un reto permanente.


En esa tarea me he sentido acompañado por hombres y mujeres de valía excepcional. Esa es la policía que pocos conocen pero que, convencido estoy, conocerá y reconocerá la sociedad en pleno: la que agrupa a los mejores mexicanos en la labor de construir un mejor país y, como lo ha establecido el Comisionado General, Mtro. Enrique Galindo Ceballos, la que trascenderá como una “Policía para la paz”.


Los minutos de silencio por los compañeros caídos, deben convertirse en horas de trabajo ético y responsable para dotar de sentido su ausencia. Hoy, recuerdo más que nunca a los que han caído a mi lado, dejando constancia de su congruencia y amor por México. También eso me ha dejado la policía: dotar de sentido “cada minuto de nuestro silencio”.

En resumen, creo que una vida dedicada a la policía vale la pena vivirse plenamente. Es una de las maneras más dignas de trascenderla. Por ello, debemos sentirnos orgullosos.

Redacto estos breves pensamientos a propósito del Día del Policía Federal, como un ejercicio de gratitud y respeto a mis compañeros y compañeras. Pienso que conocer y compartir una parte de nuestra historia nos acerca e identifica como equipo. Somos más de 40 mil historias.

 ¿Cuál es la suya?


¡Felicidades!

sábado, 21 de junio de 2014

El mundo de afuera, Premio Alfaguara de Novela 2014.

La novela es, sin duda, el género de mayor penetración en el mercado literario. Son  miles las obras que ven la luz cada año y hay un grupo selecto de novelistas que acaparan estantes y lectores de los cinco continentes.

Por ello, encontrar una "buena novela" no es complicado. Lo difícil es hallar "novelas trascendentes". Editorial Alfaguara (España), instituyó desde el año 1998 el Premio Alfaguara de Novela "con la vocación de contribuir a que desparezcan las fronteras nacionales y geográficas del idioma, para que toda la familia de escritores y lectores de habla española sea una sola, a uno y otro lado del Atlántico", como se lee en la justificación del otorgamiento del galardón.

El Premio Alfaguara de Novela 2003 catapultó  Diablo Guardián,  de Xavier Velasco, una de las obras mejor acogidas de los últimos 10 años en México, y ha reconocido a escritores como Elena Poniatowska, Tomás Eloy Martínez, Laura Restrepo, Sergio Ramírez y Andrés Neuman, por citar sólo algunos de los 18 galardonados.

Este año, el premio correspondió a El mundo de afuera, del colombiano Jorge Franco. Me entusiasmó de principio a fin. Si debiera definir una cualidad de la obra, sería el extraordinario manejo de la tensión. En sus páginas conviven notas de Wagner, estampas de María Callas en Alemania y un exótico castillo en Medellín, Colombia, en cuyos jardines la pequeña  Isolda vive aparentemente a salvo del "mundo de afuera", sin siquiera imaginar sus padres, don Diego Echavarría y la señora Dita, lo que se teje detrás de las bardas de su castillo, donde El Mono, delincuente vicioso, planea desde la copa de un árbol el golpe de su vida y da rienda suelta a una peculiar historia de amor con la pequeña Isolda. Ella, a su vez, vive su atípica libertad en los jardines donde convive con entes que dotan a la novela de un matiz de magia y ficción, mientras sueña y baila al ritmo de The Beatles.

Vaya pues la invitación a su lectura y, por qué no, a la de las 18 obras ganadoras de Premio Alfaguara de Novela. 

viernes, 6 de junio de 2014

Día Nacional de Suecia

Bandera de Suecia
Asistí al festejo del Día Nacional de Suecia organizado por su Embajada en Colombia. Un evento de dos horas que bastaron para asomarse a la grandeza de una nación que, con tan sólo 9.5 millones de habitantes (datos del año 2012), es una de las economías más fuertes del mundo. Es sede de empresas líderes como Volvo y Ericcson, el 80% de su población tiene acceso Internet y vio nacer a Alfred Nobel, inventor de la dinamita y creador del Premio Nobel, que en la rama de Literatura ha sido otorgado a siete escritores suecos.

También tiene y tendrá problemas. Nada es miel sobre hojuelas en la vida cotidiana de las naciones. Siempre hay retos, desafíos, diferencias ideológicas, necesidades por cubrir y tareas urgentes que en ocasiones son irrealizables. Sin embargo, es inspirador adentrarse en la historia de sociedades que han alcanzado metas que, estoy convencido, muchos mexicanos anhelamos.

La embajadora de Suecia en Colombia, Marie Andersson de Frutos, en emotivo mensaje habló de “el sol de media noche” y de la maravilla de pernoctar “en un hotel de hielo que con el tiempo vuelve al río”, pero también del pasado vikingo de su tierra y la consolidación de la nación próspera que es hoy. Anunció un plan de intercambio académico con estudiantes colombianos de excelencia en el campo de la medicina y pidió en tono humilde a los presentes: “incluir a Suecia, algún día, como su destino de viaje”.

Para finalizar, anunció la presencia de un artista al que calificó de excepcional y no se equivocó. Se trata de Jon Henrik Fjällgren, un joven de origen colombiano que siendo un niño emigró a Suecia y que hasta antes de ganar el reality musical Talang Sverige, se dedicaba a ser “pastor de renos”. Su canto, en lengua sami, parece nacer de lo más profundo del alma. Es, también, parte de la identidad Sueca.

Fue el colofón de un momento extraordinario.


 ¡Felicidades, Suecia!

lunes, 19 de mayo de 2014

32 ángeles

La escena es pavorosa: un autobús arde en llamas con cincuenta niños en su interior. Por lo repentino de la aparición del fuego y la pobre capacidad de reacción de los infantes –que tienen entre cinco y doce años- pocos escapan.

Los que saltan y libran las brasas nada pueden hacer por sus compañeros. Gritos de auxilio previos a una explosión. Es todo. Quienes llegan al punto intentan lo irrealizable y, arriesgando su propia vida, rescatan a tres que hoy se reportan graves pero estables. 

No han pasado 24 horas del suceso y el conductor ya responde penalmente por el homicidio. Empieza la repartición de culpas y el penoso calvario de padres y madres que exigen respuestas, como si de ellas emanara el milagro de la resurrección.

Claman por recibir los diminutos cuerpos que en nada se parecen a aquellos que despidieron el domingo por la mañana. Uno no aparece en la lista de muertos ni en la de heridos. “Se hizo polvo”, me explica un policía de mirada perdida que estuvo en el sitio.

Toda muerte de un infante es absurda, pero de alguna manera nos devuelve la capacidad de asombro e indignación. Así al menos me siento: asombrado, triste, indignado.


Quisiera creer que en algún sitio increíblemente hermoso cantan y juegan, risueños, treinta y dos ángeles más.


Bogotá, D.C. a 19 de mayo de 2014.

lunes, 21 de abril de 2014

Narco Cultura

Imagen promocional del documental Narco Cultura, de Shaul Schwarz



Hace poco, a través de Netflix, vi el documental Narco Cultura, del director Shaul Schwarz. Casi nada me resultó novedoso o desconocido de su contenido. Sin embargo, algunas cosas llamaron poderosamente mi atención y suscitan las presentes reflexiones.

1.       Un sector de los compositores de narco corridos que hacen apología del delito en México, lo hacen desde un lugar lejano a la problemática a la que aluden en sus canciones. Peor aún, ni siquiera han estado alguna vez en el País.

2.       El rol del mercado es fundamental. Se construye una subcultura a control remoto para obtener ganancias económicas sin correr los riesgos que conlleva el producto final de su “creación artística”.

3.       El llamado “movimiento alterado” es un negocio antes que una subcultura. El segmento al que se dirige se alimenta de la fantasía de que vender droga, matar y poseer riqueza es una forma de vida amparada por algunos “valores” inherentes al mexicano. En realidad, se trata de valores tergiversados impuestos por un puñado de ambiciosos que viven de forma muy diferente a la que incitan a vivir.

4.       Prohibir este tipo de manifestaciones musicales no es opción. Sí lo es en cambio, emprender una campaña que desenmascare lo que subyace detrás de éstas: por un lado un sector sin escrúpulos para vender y obtener riqueza a costa de promover las más crudas formas de violencia y disfunción y, por el otro, un segmento engañado en razón de su ignorancia, que aporta una alta cuota de sangre en la búsqueda del sueño inexistente.

Esto por lo que hace lo negativo.

En la otra cara de la moneda, la del lado positivo, incluyo tan sólo una que resulta ser la más relevante:

Existen en México servidores públicos éticos que luchan contra un enemigo invisible y poderoso; hombres y mujeres que mantienen la esperanza de que las cosas puedan cambiar; héroes anónimos que a diario dejan constancia de ese afán y que son, ellos sí, ejemplo de valores sin adjetivos. Representan el equilibrio de la balanza en un mundo que requiere precisamente de mesura.

Con eso me quedo.

jueves, 27 de febrero de 2014

Saber esperar

A quienes miden el mar por olas y el cielo por alas.

Esperar es un acto heroico. Lleva al ser humano al límite de su paciencia cuando la espera se prolonga. Incertidumbre es una prima hermana de Espera que vive en la misma casa pero duerme en una habitación aparte. En ocasiones se reúnen para causar estragos en la mente que las aloja y lo logran.

Admiro la paciencia con la que Hemingway debió escribir El viejo y el mar para dotar de serenidad y estoicismo al personaje de Santiago, un auténtico héroe. A diferencia de Don Quijote o Tom Sawyer, quienes en sus respectivos mundos literarios tuvieron testigos y cómplices de  aventuras, el viejo Santiago tuvo en la soledad y sus cavilaciones las únicas compañías en su hazaña. Doblemente heroico.

He escuchado decir que la mente es capaz de transportarnos a todos lados; que quien controla sus pensamientos tiene el control de su vida. No en vano los libros de autoayuda son un éxito: hay millones de personas en búsqueda de la fórmula correcta de esperar. De eso trata la autoayuda: de saber esperar. ¿Qué? La nueva oportunidad, ¿de qué? De ser feliz, de encontrar el amor, de que se resuelva una solicitud de empleo, que “caiga” la siguiente quincena, sane la enfermedad, regrese el ausente, se vaya el indeseado, llegue el pedido, nos haga pasar el médico, aterrice al vuelo demorado, nazca un  bebé, entreguen una casa, llegue un aumento, empiece la función, se apague un incendio, dicten sentencia, muera el agonizante, una nueva versión de Bohemian Rhapsody,  el fin del mundo  y un etcétera ad infinitum.

La legión de los que esperan suma millones de seres humanos en tiempos en que nadie quiere ser Santiago, sino Flash Gordon. Resuelta la cuestión, inevitablemente, un nuevo acto heroico idéntico o más complejo tocará a la puerta, si no es que entra sin avisar.

De allí la importancia de saber esperar.