De 2013 aprendí:
1.
Que los sueños se pueden hacer realidad si se
trabaja a diario con pasión y amor por ellos, pero una vez cumplidos, quizás no
duren ni la cuarta parte de una noche. Por ello, hay que gozar el camino de su
ideación, su planeación y consecución como si fueran el sueño mismo.
2.
Que ser constructor de nuevas ideas es un trabajo solitario que difícilmente
será comprendido o valorado, pero que vale la pena cuando éstas tiendan al bien.
3.
Que siempre existirán quienes encuentren
nuevos problemas para cada nueva solución. Por ello, siempre debemos estar
dispuestos a resolver conflictos si queremos servir a los demás.
4.
Que uno debe preocuparse por su conciencia,
porque de la reputación se encargarán los demás.
5.
Que la verdadera amistad es un vínculo que,
como el amor, se alcanza con muy pocas personas a lo largo de la vida, pero que
nos saca a flote en momentos cruciales en donde todo parece hundirse.
6.
Que la mejor inversión que uno puede hacer,
es dedicarle tiempo a lo que nos apasiona.
7.
Que la existencia es frágil y puede terminar
intempestivamente, por lo que nunca es ocioso recordar que debemos vivir a
diario como si todos los días fuera el último.
8.
Que sin pensar en lo que uno vaya a recibir, cuando
decidamos dar algo, lo hagamos con el corazón, no como una inversión.
9.
Que un favor es algo que debemos olvidar al
momento de hacerlo, pero que jamás hay que olvidar cuando lo recibimos. Y
finalmente,
10. Que
en un mundo interconectado como el de hoy, no hay mayor placer que el de
retomar el hábito de ver a la gente que uno aprecia cara a cara.
Quizás
este sea un texto que no diga nada nuevo, pero sí lo es para mí el compartirlo y cerrar
con esa satisfacción el presente año.
¡Feliz
2014!
Apasionados es lo que requiere este mundo, TQM a pesar de que esta era interconectada hasta ahora sea la única que me permite saberte bien
ResponderEliminar